EL LABERINT DE L’EXPERIÈNCIA
[35] Diari del pensar Retall de W. Benjamin, Crónica de Berlín Frases subratllades per F. A. Sobreposa al text la paraula laberintos i anota al marge inferior: - teóricos de extravío - primeras huellas fueron los laberintos.
“El cuarto guia. Perderse en una ciudad puede ser poco interesante y hasta banal. Hace falta desconocimiento, nada más. Pero perderse en una ciudad como quien se pierde en un bosque exige un diestramiento muy especial. Los letreros y los nombres de las calles, los transeúntes, los kioscos o las tabernas hablan a los que por allí deambulan como si fuese arroz* crujiente bajo sus pies en el bosque, como el sobrecogedor alarido de un alcaraván en la lejanía, como el silencio repentino de un claro del bosque en cuyo centro brota un lirio. París me ha enseñado estas técnicas de extravío, cumpliendo así un sueño cuyas primeras huellas fueron los laberintos dibujados en las hojas de papel secante de mi cuaderno de colegial. No se puede negar que soy yo quien está en el centro mismo de la cámara con el Minotauro, sólo que este monstruo mitológico tenía tres cabezas: sobre todo las del inquilino del pequeño burdel de la calle La Harpe que yo llegué a visitar empleando todas las fuerzas que me quedaban (y por fortuna no sin un hilo de Ariadna). Pero una vez recobradas mis frustradas esperanzas, este burdel superó, por otro lado, mis fantasías gráficas. París, tal y como se descubrió en la línea de una tradición hermética que puede remontar por lo menos hasta Rilke y su protector de entonces, Franz Hessel, era más que un jardín laberíntico, un laberinto subterráneo. Imposible prescindir, en mis intermi-...” (En: Escritos autobiográficos. Traducción de Teresa Rocha Barco. Ed. Concha Fernández Martorell. Madrid: Alianza, 1996, p. 193. *La traducción correcta sería una ramita [das Reis].)
|